Cuando las empresas llevan la competencia demasiado lejos, pueden traspasar los límites legales y causar graves problemas a otras empresas. Es entonces cuando surge el concepto de "interferencia ilícita"a menudo entra en juego. Una parte puede ser culpable de conducta torticera cuando interfiere en los contratos, relaciones comerciales u otras perspectivas económicas de otra parte, con la intención de causar un perjuicio económico.
Fundamentos de la interferencia perjudicial
La interferencia torticera suele comenzar con un contrato, pero también puede implicar una relación o trato que tenga importancia económica para una persona o empresa. El acusado es la persona que intenta interferir en el contrato con un incentivo indebido, chantaje, fuerza física u otros métodos poco éticos o inapropiados. Su interferencia puede hacer que las víctimas incumplan los términos de su contrato, y puede hacer que otras partes pierdan los beneficios de ese contrato.
La persona que interfiere puede enfrentarse a acciones legales por parte de ambos tipos de víctimas, que pueden reclamar daños y perjuicios por las pérdidas económicas sufridas en el proceso.
Elementos de la interferencia perjudicial
Para demostrar la interferencia ilícita, es necesario probar la intención. Esto significa que el demandado debe haber actuado intencionada y deliberadamente para poner a la otra parte en desventaja económica. Una demanda por intromisión ilegítima tratará de demostrar varios elementos:
- El demandante y un tercero compartían un contrato válido (u otras expectativas económicas). El demandado sólo puede tener responsabilidad por contratos válidos y legalmente válidos o por interferencia en una relación comercial ventajosa que haya sido interferida. Tenga en cuenta que una persona puede ser considerada responsable por interferir en un contrato que puede rescindirse a voluntad.
- El demandado era consciente de la existencia del contrato o de una relación comercial ventajosa. Este elemento puede demostrarse con pruebas, como una declaración escrita, o inferirse de las circunstancias.
- El demandado tenía la intención de interferir en el contrato o la relación comercial. La intención puede ser un deseo explícito de actuar, o puede significar actuar a pesar de saber que muy probablemente causaría interferencias.
- La interferencia tuvo lugar realmente. Si el intento fue infructuoso, el demandante no suele tener argumentos.
- La interferencia fue indebida o ilícita de algún modo. Las motivaciones impropias de una persona pueden hacer que la interferencia sea delictiva, incluso si el acto no sería delictivo en otras circunstancias.
- El demandante sufrió un perjuicio económico como consecuencia de ello.
Establecer la interferencia perjudicial
Interferencia perjudicial puede producirse de muchas maneras, y para determinar si la injerencia del demandado fue o no indebida puede utilizarse una amplia gama de factores. Los tribunales pueden considerar los motivos e intereses del demandado, su conducta, los intereses de las otras partes, las relaciones entre cada parte y los daños resultantes, por nombrar algunos.
Si cree que ha sido víctima de una interferencia torticera, puede tener derecho a una indemnización por sus pérdidas económicas. No intente gestionar una demanda sin un abogado capaz a su lado. Póngase en contacto con el Campbell Law Group, P.A. para ayudar a su empresa a recuperarse de las consecuencias de un sabotaje económico. Le proporcionaremos un asesoramiento jurídico experto y persistente en cada paso del camino.